jueves, 20 de febrero de 2014

Excesos y Fútbol. Primera Parte: Paul Gascoigne





Me gustaría estrenar una sección para hablar de todos aquellos jugadores de fútbol que han ido de la mano del exceso en su carrera. Esos futbolistas que se han enamorado del pecado y de la noche. Nuestro deporte tiene sus propios Bukowski, Keith Richards o Charlie Seen. Hombres que a través de su vida loca nos han dejado un centenar de anécdotas y un ejemplo que no se debe copiar. Sin embargo estos personajes siempre me han atraído. Sirven, para humanizar a las estrellas. Además, dejan un halo de mito en sus carreras deportivas y una contradictoria admiración.
Decía Charly Efe en la canción que pone música a este post, que Paul Gascoigne le debía una nevera. Gazza ha sido el Red Barclay de la cerveza. Es posiblemente el mayor talento futbolístico que ha dado Inglaterra pero los excesos no le permitieron desarrollarse como jugador. Los excesos de un amante del exceso. Esa autodestrucción que a veces reluce en el ser humano, está haciendo que Paul tenga medio cuerpo metido en la barca que cruza el Río Estigia. Seguramente haría buenas migas con Caronte. No me sorprendería que, antes de morir, dejara escrito en una nota que debían enterrarle con una botella de whiskey, medio gramo de cocaína y 50 libras. Tan sólo por si existiera el más allá y pudiera haber un “after” abierto.
Gascoigne cada vez se parece más a Leopoldo María Panero. Sólo les diferencia la especialidad de su genio. Podríamos plantear a Banco Sabadell una conversación entre ambos. Que se quiten Fernando Trueba y Pep Guardiola. ¿Quién no querría verles conversar sobre el futuro?



"No le deis de beber a este hombre" Diario The Sun. Julio 2013
Gazza, de joven en las filas del Newcastle




La revista Panenka, en su número #23, reproduce una entrevista con el “enfant terrible” de Gateshead. En ella, Paul habla con el corazón en un puño en su quizás último momento de lucidez. Fue hecha en Junio del 2009. 

El periodista le cuestiona sobre si una de sus últimas obsesiones había sido la Wii. La contestación de Gazza, épica: "Sí, cuando estaba encocado me pasé seis semanas seguidas jugando a la consola, casi sin dormir. Estaba encerrado en un hotel y jugaba contra el personal. Les ganaba a todos, uno por uno. Incluso le compre una Wii al manager del hotel y le dije: "Entrénate en tu casa y cuando hayas mejorado, ven a verme".

Obsesión. Abuso. Gazza ha sido adicto a cualquier cosa a la que uno se pueda enganchar. Por ejemplo, al Red Bull: "me tomaba hasta 30 latas al día". También al café: "por entonces también abusaba del café. No necesitaba una casa, sino un árbol porque era literalmente un búho". Esta serie de comportamientos no se tienen porque sí. La raiz del problema de sus adicciones, según él, viene de los traumas que vivió de niño. “Cuando tenía diez años, el hermano de un amigo murió delante mío, atropellado por un coche. Era la primera vez que salía de su casa sin su madre y ella me había encargado que lo cuidara. Lo atropellaron cuando corría detrás del camión de los helados. Murió en mis brazos, los labios se le movían todavía” ; “Con 16 años también pasé por otro trauma. Mi sobrino pequeño tenía asma y yo había declarado a News of the World que se podía practicar deporte siendo asmático. Cuando leyó aquello vino a preguntarme si podía jugar al fútbol. Yo le dije que sí y a los 20 minutos recibí una llamada diciéndome que estaba muerto.Tenía 9 años”

Si fuera psiquiatra y tuviera que tratar a alguien, sin duda a uno de los que elegiría sería a Paul Gascoigne. Una cabeza digna de estudio: “Me compre un loro de juguete que decía Hola y yo le contestaba Hola. Al final me harte de aquello y me fui a comprar otro loro para que hablaran entre ellos. Cuando me canse, tiré a uno por la ventana y le arranque la cabeza al otro. Estaba bastante borracho por aquel entonces”

Como todo buen alcohólico futbolista, Gazza ha jugado varios partidos en estado de embriaguez. Con el Everton, me enteré de que un rival quería partirme la cara. Me tome cuatro botellas de vino con algunos somníferos. A las seis de la mañana me desperté temblando, así que para calmarme me metí seis vasos de Brandy y algunos cigarrillos. Jugamos el partido a primera hora de la tarde.... ¡Fui elegido man of the match!”
“Me acuerdo de un partido con el Rangers en el que estaba jugando como el culo. En el descanso el mister me gritó: "Paul, qué pasa, ¿que te emborrachaste anoche?" Le dije que no y me contestó: "Joder, pues vete rápido a tomarte una copa". Me fui a tomar un brandy triple, metí dos goles y otra vez fui elegido man of the match”

En 1992 se disputó un Sevilla - Lazio. Maradona y Gascoigne juntos en un terreno de juego. Cuánta gloria en un campo de fútbol. Así lo recuerda el inglés: "Antes del partido cayeron tres botellas de champán. Me acuerdo que marque un gol regateando a cuatro o cinco jugadores. Después, me crucé con Maradona en el campo y le dije: "Diego, estoy completamente roto". Me respondió: "Paul, yo también"

Esta serie de declaraciones pueden ser ciertas o no. Si una cosa saben hacer los yonkis, es mentir. Pero Gazza es un yonki carismático. Más cerca de estrella del rock que de jugador de fútbol. Y esto último no es ninguna tontería.El grupo IronMaiden le invitó a una gira de conciertos con ellos. Después de cinco actuaciones el líder de la banda de metal, Bruce Dickinson le dijo: “Paul, nosotros estamos pirados pero, joder, tú lo estás más que todos nosotros juntos. Hemos intentado controlarte, pero es imposible”.

Paul Gascoigne es un ídolo entre los hinchas de la Lazio. 


Paul Cascoigne jugó en el Newcastle, Tottenham, Lazio, Glaswow Rangers, Middlesbrough, Everton, Burnley, Gansu Tianma (China) y Boston. Estuvo a punto de jugar en el Manchester United pero Alez Ferguson eligió a un todavía desconocido Eric Cantona. También lo hizo en la selección inglesa. Sus mejores momentos fueron en el Mundial de Italia 90 y en la Eurocopa de Inglaterra de 1996. En el Mundial fue el más destacado de una selección inglesa que cayó eliminada en semifinales ante la Alemania Federal y recientemente unificada. Su imagen llorando después de ver una tarjeta amarilla que le apartaría de la hipotética final, dio la vuelta al mundo. Puro sentimiento. A pesar de ello, estuvo en el mejor 11 de aquel mundial. En la Eurocopa, otra vez sería Alemania su verdugo. Y, al igual que en el Mundial, fue elegido entre los mejores del campeonato. Él es Paul Gascoigne, one of us.

CHARLY EFE - PAUL GASCOIGNE