miércoles, 11 de diciembre de 2013

La noche más mágica



Racing 5 - 0 Barcelona. La noche más mágica para el racinguismo


Recuerdo aquel día como si hubiera sido ayer. Era día de partido y de niño, uno disfruta más de todo. En especial del fútbol. No se tienen los mismos conocimientos, no vas a poder criticar el sistema del entrenador ni te vas a cagar en la puta madre del árbitro, pero encaras los partidos desde la pureza y la inocencia común en la infancia. La perspectiva de la niñez te permite sentir algo que se pierde en el momento que te fumas tu primer cigarro.Como siempre, a hombros de mi padre entraba a El Sardinero. Desde lo alto de él, yo me creía un gigante el cual no encontraría oposición. Y de hecho, no la encontraba porque en la puerta de acceso al estadio los guardas de seguridad, asustados del gigante que tenían ante sus trémulos ojos miraban hacia otro lado sin rechistar. Engalanado con mi bufanda y mi gorro de lana blanquiverde ya estaba preparado para ver, desde las escaleras, un partido más del equipo de mi tierra.



Quique Setién. El 10 y capitán

Pero aquel partido era diferente al resto. Venía el Fútbol Club Barcelona de Johan Cruyff. No se encontraba en su mejor momento pero aun quedaban reminiscencias del Dream Team.  Un equipo brutal ante la aguerrida sencillez del equipo montañés. Ceballos, Zygmantovich, Pablo, Merino, Iñaki, Carreras, Esteban Torre, David Billabona, Quique Setien, Popov y Radchenko. Once valientes ante jugadores de la talla de Hristo Stoichkov o Pep Guardiola. Sin embargo, hay momentos en los que en la casa del pobre se obran milagros. No suele ocurrir. Pero el 11 de Febrero de 1995 en Santander se vivió uno. La noche más mágica jamás vivida en Los Campos de Sport.Esteban Torre abrió la lata. Todavía con pelo, el cántaro con un tiro cruzado ajustado al palo consigue batir a Carles Busquetes (?). El padre de uno de los mejores mediocentros del mundo, con una actuación nefasta, al igual que Efiades de Tesalia, cambió de bando y ayudó a su enemigo a ganar la batalla.


Dmitri Radchenko supera a Ferrer


La segunda parte está marcada por dos hijos del telón de acero. Radchenko y Popov eran la hoz y el martillo de nuestro equipo. Jugaban con la defensa rival como niños a la P'yanitsa. Con un centro de Popov, llegaría el segundo gol. Remate de cabeza a las mallas de uno de los mejores jugadores de la historia del Racing, Quique Setién. El tercero fue obra de Jesús Merino. Defensa central que anotaba el gol como si fuera un delantero al más puro estilo Gerd Müller. Los dos últimos fueron como no, del mejor de nuestros cosacos: Dmitri Radchenko. El ruso, con su físico y garra parecía un guerrero épico ruso . Era un Bogatyr, nuestro Ilya Muromets. El primero de sus dos goles fue un regalo del portero rival. Busquets, con una patada voladora que ni Bruce Lee en Operación Dragón, permitió que con tan sólo empujarla, el nacido en Leningrado pusiera el 4-0. El quinto fue de penalti. Dmitri engaña a Angoy(sustituyó a Busquets) y cierra la goleada al Barça.Era real lo que se estaba viviendo en Santander aquella noche. Juventudes Verdiblancas rugía en el fondo norte como nunca lo había hecho. El pequeño se comió al grande. Al día siguiente, los niños orgullosos de su equipo madrugaban y se ponían su camiseta racinguista para ir a clase. Desde aquel día no se ha vuelto a vivir nada igual en los Campos de Sport de el Sardinero.







Luétiga - Nel "el vieju"


5 comentarios:

  1. donde quedo ya ese racing...madre mia, por lo menos quedan recuerdos de esta talla

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  2. Yo también me acuerdo de ese partido y de cuando tu eras pequeño y te sentías un gigante.
    Enhorabuena me gusta mucho como escribes!

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  3. Muchas gracias Leni!! Un beso muy fuerte!!!

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  4. Se te ha olvidado mencionar que luego ibas al Sport con Cardillo y dábamos unas patadas al balón.

    Yo aún conservo el VHS del Diario Montañés de este partido, y también del 3-1 al Madrid, que, ahora no lo recuerdo muy bien, pero creo que fue esa misma temporada

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